Secretamente yo sabía que el destino real de este viaje era Tad Lo, pero nunca fui explicito sobre ello con los asistentes ya que no quería que el resto de partes del viaje pareciesen poco importantes.
Cuando yo vine a Laos por allá en 2009, acabé en Tad Lo un poco de casualidad y descubrí un pequeño rincón del mundo del que no puedes evitar enamorarte. Hay pocos sitios como Tad Lo, donde un turista como cualquiera de nosotros puede simplemente integrarse en la vida cotidiana de gente sencilla sin ser abordado constantemente para soltar dinero.
Quizá sea el hecho de que en la zona convive gente de diferentes etnias laosianas, unas 4 minorias diferentes, quizá sea que aún sigue siendo terreno poco turístico, quizás sea el ruido de sus 3 cascadas o quizá una combinación de todo esto lo que hace a la gente de Tad Lo tan especial.
Sea lo que sea, Tad lo es una experiencia única, un lugar donde ver otro mundo de muy cerca, un mundo mucho mas simple y sencillo, donde la gente vive sin nada y vive feliz.
En Tad lo pasamos 5 días, y conociendo la zona, reserve la parte más fotográfica de este viaje para este enclave.
El proyecto era a priori sencillo, en los primeros días en Tad lo, los fotógrafos tuvieron que pensar a quien querían hacerle fotos. Eran totalmente libres de elegir a un sujeto de cualquiera de las aldeas cercanas a Tad lo, y después en nuestros dos últimos días en el Altiplano, nos acercariamos con un traductor para hacer lo que yo hago normalmente en mis proyectos de viaje, establecer conversación para conocerles mejor y proponerles hacer una sesión de fotos.
En dos días realizamos 6 sesiones de fotos, y los sujetos fueron de lo mas variopinto. Creo que los asistentes al viaje se llevaron una gran impresión de lo que supone este tipo de fotografía de viaje, de sus complejidades logísticas, de sus buenos ratos charlando sobre la vida de alguien, de lo difícil que se hace dirigir a alguien que no habla tu idioma, de lo rápido que hay que ser iluminando cuando tu sujeto no es una modelo, etc..
Un momento especial para mi fue el reencuentro con una mujer que fotografié en 2009, y que me dio una de mis fotos favoritas.
Esta es la imagen que le saque en 2009
7 años después «la mujer del río» sigue teniendo esa sonrisa amable. (Olympus OM-D E-M 5 mkII y zuiko 40-150 f2,8)
Ella sigue con su vida exactamente igual, incluso pude ver de nuevo a una de las niñas de la foto, que ya tenia como 10 años. Para ella fue simplemente curioso verse en una foto de hace tanto tiempo, (ya me paso algo parecido con la Hmong flor albina de Vietnam), pero para mi supuso mucho más.
Más allá de esta anécdota el resto de sujetos fueron también muy interesantes, aunque en estos viajes yo estoy más pendiente de ayudar a los participantes que fotografiando, había algunos momentos que no podía resistir robarles unos minutos para hacer mis fotos.
aquí os dejo algunos de mis resultados, todo hecho con mi Olympus E-M 5 mkII y el 12-40 f2,8 que tan buen resultado ha estado dando:
La próxima entrada será la última de este viaje fotográfico organizado, ya que este viaje termina en Angor Wat, desde donde os escribo estas lineas. En ella os contaré que tal nos ha ido la experiencia en los templos mas increibles del mundo.