Como algunos sabéis cada año dedico un tiempo en verano a realizar proyectos fotográficos por el mundo.
Este viaje me sirve no sólo para desconectar de la rutina y encontrar nuevos sitios donde llevar a los grupos de fotógrafos que llevo cada agosto de viaje, si no también como reto personal para ampliar mis fronteras fotográficas.
Muchos también sabéis que empece como fotógrafo de viaje y que he vivido casi dos años en Asia, fotografiando desde la india hasta indonesia pasando por prácticamente todos los países entre medio.
Haber viajado tanto, tiene su lado malo, y es que cada vez es mas difícil encontrar algo que te sorprenda y que te coja desprevenido.
Fotográficamente hablando eso complica las cosas, ya que cuando lo que ves a tu alrededor se convierte en norma y no llama a tu ojo fotográfico. Mientras que hace unos años un monje budista pasando por mi lado era sinónimo de desenfundar la cámara, hoy en día quizá solo es uno mas.
Os explico todo esto porque el inicio del viaje de este año me ha cogido desprevenido, y esta primera parada me ha sorprendido muy gratamente.
Este año me he ido a Myanmar, y empecé la ruta por el Lago Inle. Si buscáis en google Inle Lake, veréis muchísimas fotos de pescadores haciendo equilibrios sobre botes de madera mientras que con la mano que les queda libre utilizan una especie de trampa de peces enorme de madera.
Yo me fui al lago inle, esperando encontrar un paisaje tremendamente bonito, y algunas escenas de pescadores que podrían rivalizar con las fotos de Huang Yue Chuang que hice el año pasado en china.
Fotos de mi proyecto en china en 2015
Pero como digo, Inle me cogió de sorpresa y encontré todo lo contrario a lo que pensaba.
Quizá una señal fuera que por mas fotos del lago inle que veía en Internet, no encontraba fotos que me llamasen. Es algo habitual que si voy a ir a un destino miro que se ha hecho allí fotográficamente hablando, y así puedo prepararme para que puntos puedo explotar. Sobre Inle solo se ven esas fotos de un pescador tipo postal que he comentado antes y sinceramente a mi ese tipo de foto ni fu ni fa.
El paisaje es bonito, no me malinterpretéis, pero por ejemplo los lagos en los volcanes de Bali, le dan mil vueltas, y no son nada del otro mundo.
Eso si, tan pronto me subí en la barca que me llevaba a mi hotel flotante ( sí, sí… hotel flotante ) me di cuenta que había dado con uno de esos viajes que te dejan un recuerdo para siempre.
En el lago inle, viven en el agua, no se muy bien aún porque. He visitado muchos lagos en este mundo, y en todos ellos la gente vive en las orillas como es lógico. En Inle no, aquí la gente vive en el agua en aldeas flotantes, con escuelas flotantes, Mercados flotantes y incluso plantaciones flotantes por ejemplo de tomates.
Para que os hagáis una idea, la vida de una persona normal de Inle es levantarse por la mañana preparar a los niños y subirlos a la barca para ir al cole remando, después se dirigen al mercado flotante de la aldea que toca ese día ( hay varios en un sistema de rotación ) para comprar la comida, ropa etc… vuelven a casa ( remando por si no lo he dejado claro ), y se pasan el día allí charlando con sus vecinos a través de las ventanas de sus cabañas de madera flotantes, al mediodía van a recoger a los niños y la tarde la pasan tranquilamente en casa lavando ropa en los bajos de su casa, alimentando a sus animales de granja o con sus labores. Algunos trabajan en las plantaciones flotantes, otros conducen barcos a motor para los turistas, algunos trabajan en los hoteles, pero la mayoría vive una vida muy rezagada cultivando sus propios huertos y vendiendo el sobrante para comprar otras cosas.
Cada vez mas me doy cuenta que lo que realmente me enciende el instinto fotográfico es la gente común, y ese algo especial de alguien que tiene una vida increíblemente interesante pero para ellos es de lo mas normal. Recuerdo cuando estuve en Nepal en 2013 fotografiando ancianos en el Himalaya, y conocí a esta increíble mujer, Chtin Sherpa, ella vive en su pequeña casita en la montaña tan humildemente sin saber que el patio de su casa tiene las mejores vistas del Ama Dablam, o lo que es lo mismo, la montaña mas bonita del mundo según los occidentales.
Y es que esa naturalidad con la que gente que tiene una vida increíble, vive me parece muy interesante.
La gente mayor siempre ha sido un sujeto recurrente en mi fotografía desde que empecé, y es que creo que un retrato cuenta la historia de una vida, y que mejor vida que contar que la mas larga posible!
Siguiendo estas lineas, contrate una barcaza para poder moverme por el lago, y un conductor que hablase un mínimo de inglés.
Y aquí empieza la aventura de siempre, explicarle a un tipo habituado al turista tipo que va del punto turístico A al punto turístico B y de ahí al C y de vuelta al hotel, que yo no quería ver templos ni artesanos del tallado de bambú, ( únicamente allí para los turistas, porque no me creo que ningún local del lago inle compre estatuillas de madera talladas a mano de un pescador sobre su barca haciendo equilibrios como la foto que os comente al principio), si no que solo quería pasear por las aldeas flotantes y hablar con los locales para encontrar a gente anciana y que me contasen su vida.
Suele costar que lo entiendan, pero al final hasta les gusta salir de su rutina turística y hacer cosas diferentes, tomarse un te con sus vecinos y cobrar por ello resulta no ser tan malo.
En este caso tuve suerte, y aunque hubo un par de amagos de intentar llevarme a una de estas tiendas turísticas, entendió rápidamente lo que quería.
La rutina era sencilla, íbamos a una aldea, y paseábamos por allí a poca velocidad con la barca, cuando yo veía un potencial sujeto, le pedía que hablase con el, y si no encontrábamos a nadie que me encajase o me llamase la atención preguntábamos en los alrededores. Durante esos paseos me surgía la posibilidad de robar a lo lejos retratos de gente común o niños jugando, desde luego aquí vino muy bien el zuiko 40-150 con su multiplicador 1,4x dándome una focal equivalente de hasta 450mm en el sensor de la Olympus EM-5II.
Al final he salido de Inle con 3 sesiones realizadas, y estoy mas que satisfecho con los resultados.
– a Daw san de 73 años la encontramos preguntando por las calles de una aldea flotante si nos podían indicar donde vivía la mujer mas anciana de la aldea.
– Daw Yu fue muy especial, porque comiendo en un restaurante hable con la dueña y le explique lo que hago y inmediatamente llamo a su marido y empezaron a hablar con mi conductor para al final entre todos decirme que sabían que había una mujer de 100 años viviendo en el lago y que no sabían si aun estaba viva o no, pero que de estarlo estaría en una aldea muy al sur. Fuimos y la encontramos y no solo es el sujeto fotográfico perfecto si no además una mujer entrañable.
– Por ultimo U Aung y su inseparable puro que me llamo la atención en cuanto lo vi dando de comer a un cerdo volviendo de casa de Daw Yu.
Las fotos necesitarán un tiempo ya que aquí no es fácil retocar.
Os puedo adelantar un par de fotos, todas hechas con la Olympus EM-5 II y el 12-40 2,8 y los flashes triopo F1-400 que vendemos en KubeStudio.
Daw san, 73 años. Se dedicaba a hacer puros, sus manos ya no dan para hacerlos de forma productiva
U Aung, 68 años. Pescador retirado
De aquí me voy hacia Bagan, donde las expectativas prometen templos y mas templos, no tengo intención de hacer sesiones allí, pero en los últimos días en Myanmar intentaré volver a sacar el flash en algún remoto lugar de estas tierras!