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El cazador y su aguila

Son apenas las 6 de la mañana cuando me despierto con el ruido de los cazos y cacerolas.

Es la mujer de Tenelkhan, empezando su rutina diaria de preparar desayuno. No para en todo el día. Su trabajo en verano consiste en hacer todos los productos lácteos para pasar el invierno. Muñir a los yak, hacer mantequilla, queso, yogur, además de preparar la comida, limpiar el yurt, mantener el fuego vivo, limpiar la ropa y un largo etcétera de tareas que nunca acaba. Apenas come, apenas se sienta, siempre esta haciendo algo.

Dice que tiene ganas de que su hijo menor se case de una vez, ya que como manda la tradición kazakh el hijo menor  vive siempre con los padres incluso después de casarse, su mujer se instalará en el yurt de sus suegros y ayudará a la abuela con las tareas.

Salgo fuera a lavarme los dientes al rió y ahí esta, la majestuosa águila dorada.

 

Olympus OMD EM1 mkII / Zuiko 40-150 F2.8

No les suelen poner nombres, mas bien tienen unos nombres pre-establecidos según la edad del aguila. Es increible, esta es joven, tiene apenas dos años, y aun esta siendo entrenada.

El invierno pasado, Tenelkhan estaba fuera de viaje y unos familiares suyos se llevaron el águila de caza, en cuanto vieron un zorro la mandaron hacia el, pero al no estar Tenelkhan, el águila no volvió. La que tiene ahora debe pesar unos 10-12kg, pero llegan a 20kg en los ejemplares mas grandes.

Cuando vuelvo al Yurt me encuentro a Tenelkhan afilando un cuchillo, pasa por mi lado y me pide que le acompañe. De repente me dice algo, coge una oveja y la degüella delante mio, a lo que mi traductora dice : – Que dice tenelkhan que es tradición de buen anfitrión matar un animal cuando se tienen invitados.

Os podéis imaginar mi cara.

De repente toda la familia tiene trabajo, hay que limpiar, trocear, y preparar toda la oveja. Lo aprovechan todo. Funcionan como un reloj, los adultos trocean la oveja, las mujeres limpian los intestinos, mientras los niños les traen agua hirviendo para hacerlo. Es como si de repente varias piezas de un engranaje se pusieran en acción a la vez y encajaran todos a la perfección.

Olympus OMD EM1 mkII / Zuiko 40-150 F2.8

Olympus OMD EM1 mkII / Zuiko 40-150 F2.8

 

Durante los proximos días tengo la oportunidad de ir conociendo mas detalles de la cultura Kazakh, de ver como entrena a su águila, haciendo que esta coja confianza con el, pero también que el águila y su caballo se conozcan y no se asusten el uno al otro. El entrenamiento tiene muchas fases, la primera es dejarle claro al águila que con el estará segura y bien alimentada, durante el verano le dan mucha comida, eso engorda al águila y le permite cambiar el plumaje. En esta fase el águila no volará ya que estando tan sobre alimentada, no volvería. Durante el verano el cazador crea un vinculo de confianza con el águila, la coge en el brazo varias veces al día, camina con ella, le pone y le quita la mascara, el águila aprende a no tenerle miedo, a saber que es alguien que no le quiere hacer daño.

Olympus OMD EM1 mkII / Zuiko 40-150 F2.8

 

A finales de agosto, empezarán a bajarle la cantidad de comida y a darle carne sin sangre. Poco a poco el águila ira volviendo a un peso ideal para cazar, pero además a aprender que para que le den comida debe volver al dueño. La fase final cuando el águila ya esta educada es la de la caza, pero aquí poco hay que enseñarle, solo a que traiga la presa de vuelta al cazador, ya que lo de cazar zorros les viene como instinto a estas águilas.

Tenelkhan acepta trabajar conmigo para mis fotos, así que durante estos días consigo sacar los flashes y el equipo Olympus y hacer algunos retratos ambientales de los que tanto me gustan.

Para este viaje me he venido equipado hasta las cejas, llevo dos cuerpos Olympus OM-D em1 mkII, con un 25 f1,2, un 45 f1,8 un 75 f1,8 un 300 f4 y también un 7-14 f2,8 y un 40-150 f2,8 con el multiplicador ( que también me vale para el 300 dándome 840mm equivalentes ideales para las águilas salvajes en vuelo ).

Olympus OMD EM1 mkII / Zuiko 40-150 F2.8

 

Estas sesiones han supuesto un reto añadido.  Ya suele ser difícil trabajar retratos con gente de culturas lejanas y edad avanzada, pero añadir animales lo lleva al siguiente nivel, ya lo hice en China con el pescador de Xing Ping y sus comoranes, pero aquí tengo que lidiar con un Anciano, un Águila y un Caballo, y además el caballo y el águila aun no son muy amigos.

Por eso, en lugar de ir cambiando de lente, decido trabajar con el 40-150 f2,8 para las sesiones posadas. Y es muy buena decisión. Normalmente trabajo con fijos porque dan mejor resultado, y pesan menos que los zoom. Pero el 40-150 es equivalente a un 80-300 y es tremendamente nitido además de ligero y tiene un buen bokeh. Para alguna foto creo que use el nuevo 25mm f1,2 ( equivalente a un 50mm ), pero creo que al final casi todo fue con el 40-150.

 

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